domingo, abril 18, 2010

SEMANA SANTA 2010

El Jueves Santo

Día del Amor fraterno


Jesús que sabía que iba a partir pronto para el Padre, que de él venía y a El debía volver, quiso celebrar la pascua con sus discípulos; la pascua es el recuerdo memorial de los judíos de su salida de Egipto, de su liberación del faraón que les tenía sometidos y no les dejaba vivir, eran objetos suyos, producto de su posesión.

La salvación viene de aquél que se arremanga, coge la toalla, se tira de rodillas al suelo y va lavando los pies de sus discípulos para enseñarles que han de hacer lo mismo que el maestro, servir y dar la vida, porque la salvación viene por la entrega desinteresada y amorosa, la que sale de las entrañas del hijo agradecido ante el Padre que sólo quiere hacer su voluntad. . Por eso Jesús establece como memorial suyo las manos que parten el pan y sirven la copa de vino anunciando que El Dios de la vida está con nosotros y se entrega radicalmente sin pedir nada a cambio. Así se establece la clave sacerdotal de la existencia, la vida solo encuentra su sentido cuando se da a los demás.

Somos lo que amamos y sólo amamos en la medida que hemos sido amados. El jueves santo nos presenta el hombre realizado en el amor; el hombre según Dios que ama todo pero no se ata a nada para dar la vida. Este Dios de Jueves santo no se manifiesta en el poder sino en la entrega. No es el éxito el que lleva al verdadero reconocimiento, sino la entrada en el corazón del padre que nos hace fraternos y nos invita a salir de nosotros todos los días para acercarnos a las puertas de los otros esperando con perdón, misericordia, generosidad y fiesta al hijo pródigo que se ha perdido y necesitamos darle la vida.

En este espíritu, la fraternidad Hno. Gregorio Pastor se reunió el Jueves Santo para compartir el Pan y el Vino en una comunidad de amor que comparte sus vidas, trayendo a la mesa a sus familias, sus preocupaciones y anhelos. Hicimos presente el recuerdo de los que han partido al encuentro con el Padre y pedimos por que estaban ausente y enfermos.

Y no quiero salir del Jueves fraterno del amor y del servicio, sin destacar el triduo pascual comienza con la misa vespertina de la cena del Señor, donde se conmemora la institución de la Eucaristía. Nuestra oración por los sacerdotes; cómo no rememorar aquellos que Jesús les pide que sigan haciendo en memoria suya el gesto fraternal de la eucaristía, diciendo sus palabras con el pan y el vino en las manos.

Bendigamos en el Jueves Santo la bondad de Dios derramada en los sacerdotes que han sido significativos y que han pasado por nuestra comunidades: Los padres David, Tomás, Ceferino y el padre Vicente que ahora ya sirven en otras comunidades. Pidamos también por las vocaciones sacerdotales para que muchos jóvenes estén dispuestos a coger este llamado del sacerdocio ministerial en sus manos.


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